Que Hacer Cuando Alguien Quiere Ponerte A Pleito Y Quitarte La Túnica


articulo pastor tommy moyaEste es el segundo artículo de esta serie. Para leer el primero oprime aquí.

Hoy estaremos  considerando: «y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;»

El segundo ejemplo que el Señor usa para desenmascarar los sistemas opresores lo ubica en una corte de ley. Alguien está siendo demandado por su túnica. ¿Quien demandaba a otro y bajo que circunstancias?

La Escritura nos ofrece algunas claves:

Exodo 22:25-27

Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura. Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso. Tambien leer: Deuteronomio 24:10-13,17; Amos 2:7-8; Ezequiel 18:5-9

Solamente el más pobre de los pobres tenía solo una túnica como colateral en un préstamo. La ley de los judíos requería estrictamente que se devolviera la pieza de ropa antes de terminar el día.

Para entender los términos que aqui se usan es importante saber cuáles eran las palabras que se usaron en el lenguaje original:

“himation” = una pieza de ropa exterior que se usaba sobre el “chitõn”

“chitõn” = es una prenda que se usaba para cubrir la pie

Nota: Safari y M. Stern lo describen como una prenda de ropa normal de un judío: Una prenda exterior o capa de lana y una prenda interior o túnica de lino.

Para los oyentes originales de estas palabras lo que oyeron de Jesús era muy familiar. El deudor estaba sumergido en la pobreza, no podía pagar la deuda, y su acreedor lo estaba demandando en corte para cobrarle legalmente lo que le debía.

El endeudamiento era común en la Palestina del primer siglo. Esta es la razón por la cual las parábolas de Jesús contienen tanta referencia sobre deudores que tenían dificultad para salvar sus vidas.

La razón por la cual estar endeudado era tan común en el primer siglo no era por un estilo de vida irresponsable o una vida desordenada sino la directa consecuencia de las leyes del imperio romano. Los emperadores habían puesto tantos impuestos a los ricos para financiar las guerras del imperio que los ricos comenzaron a buscar inversiones no líquidas para asegurar sus riquezas.

Las mejores inversiones eran las tierras pero sus dueños no las vendían con facilidad porque en muchas ocasiones eran herencias generacionales. Aumentar exorbitantemente los impuestos era otra manera para provocar que los dueños de las tierras se endeudaran y tuvieran que vender. Así, muchos fueron forzados a perder sus tierras, por causa de los altos impuestos y los tributos que los emperadores requerían que se le pagarán a Roma.

Es a esta situación a la cual Jesús se dirige con estas declaraciones. Sus oyentes son los pobres (y al que quiera ponerte a pleito). Ellos oprimidos y humillados por un sistema que le ha quitado sus bienes y sus tierras, ahora también le quiere quitar su túnica.

¿Porque Jesús los aconseja que también le dejen la capa?

Esto significaba que saldrían de la corte totalmente desnudos. Imagínate las reacciones que esto provocaría en los que estaban presentes. Esto era una vergüenza para el acreedor, en una mano tendría la túnica y en la otra la capa;de repente todo le cambio al acreedor.

El deudor no tenía esperanza de ganar el caso; la ley estaba totalmente a favor del acreedor. Pero, el hombre pobre había trascendido la intención del acreedor de humillarlo. Ademas, el pobre registro una impresionante protesta en contra de un sistema que había creado su deuda.

Con este acto el pobre estaba diciendo: ¿Tu quieres mi túnica? No solo te doy la túnica sino toma todo lo que me queda aun, mi capa. Ahora lo tienes todo excepto mi cuerpo. ¿Es eso lo próximo que quieres?

En el judaísmo la desnudez era un tabú y la vergüenza era más para el que miraba al desnudo que para el que estaba sin ropa. (Genesis 9:20-27)

Al quedarse totalmente desnudo el deudor estaba trayendo al acreedor a la misma prohibición que llevó a la maldición de Canaan. Aquello era una protesta profética contra un sistema que ya lo había declarado destituido. Fue lo mismo que hizo el profeta Isaías: Isaías 20:1-6.

Imagínate la persona saliendo de la corte desnudo. Sus amigos y vecinos preguntándole que había sucedido. Al enterarse ellos se unen a la procesión que se ha convertido en una parada de victoria. El mismo sistema que oprimía al deudor habia sido publicamente desenmascarado. El acreedor fue expuesto como un abusador de toda una clase social y no un verdadero prestamista. La escena es conmovedora. Quizás por primera vez el acreedor vería lo que sus prácticas causaban y se arrepentiriá.

La enseñanza aquí es profunda. Aunque en muchas ocasiones los cambios en los sistemas son lentos, lo que Jesús está haciendo es empoderando a los oprimidos para vivir su vida en sus propios términos, crear sus propia historia y no la que otros quieren que ellos vivan.

El oprimido acepto la ley como estaba pero no se dejó intimidar por ella. Su acción reveló lo absurdo que era y los expuso por lo que eran; unos abusadores que usaban la apariencia de la justicia para oprimir aún más a los que no estaban en el poder.

El pobre dejó la túnica y la capa en las manos del acreedor, salió sin ropa ante los presentes, pero dejó a su acreedor y a todo el sistema que él representaba, totalmente desnudo.

Magistral la manera en cómo el Señor empodera a los menos afortunados.

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