Cómo Leer La Biblia Incorrectamente Y Pensar Que La Estás Leyendo Bien


Seamos honestos, a nadie le gusta pensar que puede estar haciendo algo sinceramente y lo que está haciendo está sinceramente equivocado. A todos nos ha sucedido y eso es parte de la experiencia humana, de lo contrario seriamos infalibles, y ya ese es otro tema.

la biblia - como leer la biblia

El propósito de este artículo es retarte para que consideres si estás leyendo bien tu Biblia. Lo que vas a leer puede ser completamente irrelevante para ti, pero si por alguna razón estás cometiendo un ”error sincero” – es posible que estas malinterpretando lo que lees en la Biblia.

Consideremos 6 errores comunes que podemos cometer cuando leemos la Biblia.

1. Pensar que fue escrita para nosotros.

Yo se que no es fácil aceptar esto pero la Biblia no se escribió para nosotros. Yo se que después que uno a escuchado que la Biblia es la carta de amor de Dios para nosotros, y que fue exclusivamente escrita para ti, es difícil verlo de otra manera.

En realidad la Biblia son los escritos de muchas personas (mas de 40 diferentes autores) en un espacio de miles de años. Ninguno de ellos se imagino que millones de personas, mas de 2000 años después estarían leyendo lo que ellos escribieron en un IPhone, y para que no se molesten los de Android, en ese teléfono también, aunque no es la misma unción cuando la lees en un Android. Es una broma relax.

Si no nos hacemos la pregunta para quién fue que originalmente se dijo lo que estás leyendo en el texto nos corremos el riesgo de malinterpretar lo que estamos leyendo. En 1 Corintios 10:11 y en Romanos 15:4, Pablo dice que lo que le sucedió y lo que se escribió para ellos es para enseñanza, amonestación y ejemplo para nosotros. 

Para aplicar: Estudia sobre la audiencia del texto original. Pídele al Señor que te muestre cual es el mensaje aplicable que contiene el texto para ti y que partes del mensaje no son aplicables, porque es muy probable que tu no eres un pastor de cabras en un desierto hace 7000 años atrás.

2. Se nos olvida que la Biblia no es un libro singular

La Biblia es una maravillosa colección de libros. (66 en total dependiendo cual Biblia tienes) Algunos de los libros son comentarios sobre las hazañas de Dios, algunos son anales históricos, unos son poesías, otros canciones, algunos son profecías, algunos son proverbios y otros son cartas. Si de variedad literaria se trata, la Biblia es incomparable.

El peligro está en leer la Biblia como un solo libro, y leerla toda de la misma manera.

Cuando lees un poema/drama como el libro de Job (esta es la forma en como fue escrito el libro, no significa que no sucedió históricamente) no lo puedes leer de la misma manera que lees una carta de Pablo a Timoteo.

De la misma manera no debemos leer una relato histórico en 1 de Reyes de la misma manera que leemos un lamento personal en el libro de las Lamentaciones de Jeremías.

Para aplicar: Pregúntate, que es lo que estoy leyendo, que medio está usando el autor para comunicar el mensaje de Dios. Será posible que no estoy entendiendo el mensaje porque estoy leyendo el texto de la manera equivocada.

3. No consideramos quien escribió la Biblia

Directamente relacionado a lo anterior está el tema de la autoría.

Antes de seguir, respira profundo, tomate un momento, lee varias veces si es necesario lo que voy a decir, para que no me acuses innecesariamente – quizás esto te sorprenda pero el autor de la Biblia no es Dios. En realidad no hay un verso en la Biblia que diga que él es el autor.

Lo que sí dice es que El inspiró a los autores, y se aseguró que su mensaje fuera comunicado a través de ellos y esta es la razón por la cual en nuestro caminar con Cristo leemos la Biblia.

Sin embargo, cuando hacemos a Dios el autor, nos corremos el riesgo de malinterpretar la Biblia. Cada vez que la leas tienes que preguntarte, quien es el autor de lo que estoy leyendo.

Una porción escrita por Pablo lee totalmente diferente que una porción escrita por Lucas. Ambos inspirados pero autores diferentes.

Aun porciones escritas por el mismo autor en diferentes temporadas de su vida toman un significado diferente.

Salomón en sus mejores momentos (Proverbios) lee totalmente diferente a Salomón en medio de una crisis de vida (Eclesiastés).

Para aplicar: Hazte la pregunta, ¿Quién escribió el libro que estoy leyendo? ¿Cuál fue su trasfondo, ¿Cuál era su personalidad?¿Porque los escogió Dios para comunicar su mensaje y qué aspecto de su propia humanidad se filtró en el mensaje que Dios le dio para comunicar?

4. No la leemos en su contexto

Todos hemos sido culpable de esto. Bueno, para que nadie se ofenda, yo he sido culpable de esto.

Nos encanta sacar textos del contexto para validar lo que creemos, enseñamos o validar una experiencia que hemos tenido.

Y, estemos claros el Señor nos puede hablar todo el tiempo a través de la Biblia, fuera del contexto original – eso es posible y sucede todo el tiempo, pero, pero, pero, es importante que sepas que eso es lo que Él está haciendo.

Somos muy dados a seleccionar los versos bíblicos que apoyan nuestra propia teología, o experiencias personales. Cuando leemos el texto en el contexto es más difícil usar la Biblia para defender lo que creemos o validar una experiencia.

Cuando el Espíritu Santo dirige tu atención a un texto, no leas en el texto lo que ya has oído o sabes, o alguna experiencia que has tenido sino detente y obtén alguna perspectiva.

Hazte la pregunta,¿Sobre qué trata el párrafo que estoy leyendo, de que trata el capitulo, aun mas sobre que trata este libro?

Cuando hacemos esto, nos daremos cuenta si estamos sacando el texto fuera del contexto. En muchas ocasiones descubrirás que el texto toma una nueva vida porque lo estas viendo en el contexto correcto.

Para aplicar: Cuando estés en tu lectura bíblica, recuerda preguntarte cual es el contexto en el que se encuentra el texto.

5. No preguntamos qué está sucediendo fuera del texto.

Esto tiene que ver con el contexto histórico de la Biblia. Es un error leer la Biblia en un vacío. A veces pensamos que el texto contiene toda la información que se necesita para entenderlo. Pero, la realidad es que hay muchas cosas que estaban sucediendo que no están registradas en la Biblia que tienen un gran peso en el texto original.

Una manera de entender esto es como cuando dos personas del mismo país, cultura, y ambiente político están hablando delante de un tercero de las cosas que están sucediendo en su país.

Los dos personajes que viven en el mismo país pueden omitir mucha información que es de común conocimiento para ellos, y entenderse en la conversación, pero el tercero no tiene idea de que ellos están hablando aunque sea en su mismo idioma. ¿Porque?, porque él no tiene el contexto que los otros dos tienen – si el tercero quiere entender de qué están hablando tiene que preguntar, de lo contrario asumiría cosas que pueden estar totalmente equivocadas.

Lo hace esto una persona mala o falsa, no – solo negligente – llegó a conclusiones sin conocer el trasfondo, hacer las preguntas correctas, o educarse un poco, queriendo parecer inteligente hizo el papel de un necio.  

Así sucede con la Biblia. La audiencia y los escritores estaban conscientes del ambiente político, cultura, historia, guerras y otras religiones en su tiempo. Para ellos no había ninguna necesidad de explicar tales cosas. Sin embargo, nosotros miles de años después estamos mucho menos informados de cosas que para ellos era conocimiento común.

Es de gran ayuda cuando estás leyendo tu Biblia hacerte la pregunta, ¿Qué estaba sucediendo en el mundo de aquella audiencia y del autor?.

Nada sucede en un vacío. Aunque las verdades de Dios no se limitan al tiempo, entender las situaciones en la cual se encontraban las personas que escucharon y comunicaron estas verdades nos ayudara a entender como aplicarlas en nuestras igualmente y particulares situaciones.

Para aplicar: Cuando vayas a leer algún libro de la Biblia haz un poco de investigación para conocer un poco mas sobre el grupo de personas a los cuales el autor se dirige y el mundo de ese entonces. Mantén en tu mente lo que aprendas de la cultura, religiones, política y todo los demás, mientras lees el libro.

6. No leemos la Biblia a través de la persona de Jesucristo

Se nos olvida que Jesucristo fue la imagen visible del Dios invisible. Todo mal entendido que la humanidad tenía de Dios, El lo rectifico. Mucho de ese mal entendido que la gente tiene de Dios lo sacan de la misma Biblia y lo siguen enseñando aún hoy.

Todo mal entendido que la humanidad tenía de Dios, Jesucristo lo rectifico.Haz click para twittear

Si leemos la Biblia aparte de Jesucristo como la imagen perfecta de Dios, nos vamos a meter un muchos problemas. Habrá ocasiones donde en la superficie habrán cosas de Dios que no se parecen en nada a Jesús. En esos momentos nuestra interpretación de la Biblia debe sujetarse a la máxima interpretación y revelación de Dios – Jesucristo.

Si nuestra interpretación de la Biblia nos conduce a una conclusión que está en conflicto con el Padre que Jesucristo vino a revelar, tiene que haber un cambio en nuestra interpretación.

Para algunos eso es un gran paso, aceptar que nos podemos haber equivocado no es una virtud natural de los humanos. Pero, eso no hace menos cierto que Jesucristo es la imagen perfecta de Dios.

Nada ni nadie, manifiesta con mayor claridad la naturaleza de Dios como Jesucristo. El dio a conocer al Padre en toda su gloria y majestad. Todos los escritores de la Biblia juntos miraron como por un espejo oscuro, pero Cristo quitó el velo para que podamos ver a Dios en la faz de Jesucristo.

Para aplicar: Cuando te encuentres con pasajes difíciles sobre Dios, Sus acciones, Su voluntad, hazte la pregunta, antes de llegar a cualquier conclusión -¿que reveló Jesús como la verdad sobre Dios? Desde ese punto, procede a leer la Escritura y a interpretarla a través de la persona y vida de Jesucristo.

Confío que esto te ayude un poco cuando estés leyendo la Biblia. Mi intención no es convencerte de lo que yo creo sino exhortarte a que cuestiones lo que te han enseñado, retengas lo bueno, descartes lo que no sirve y que nadie te lleve de cualquier viento de doctrina o enseñanza, sin importar quien la comunique. 

Ahora te toca a ti…

¿Qué errores has cometido (quiero pensar que mis lectores no son infalibles) en el pasado mientras leías la Biblia? ¿Qué cambios has hecho que te permiten entender mejor lo que Dios quería que tu comprendieras acerca de Él?


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