Reúne a un grupo de cristianos, especialmente pastores, y no pasara mucho tiempo hasta que alguien pregunte, ¿Y cuanta gente se congrega los domingos?
Las respuestas dependerán de a quien se le pregunte. Si le preguntas a un Pastor con una congregación numerosa, digamos 300 personas o más, y no lleva mucho tiempo de establecida la respuesta es rápida, usualmente acompañada con un calificativo – “en solo 5 años”.
Si la congregación es pequeña, digamos 100 personas o menos y lleva más de 5 años las respuestas son tan numerosas como la cantidad de narices que hay en el mundo; cada persona tiene una nariz diferente.
Entre ellas están….
- “tenemos 50 personas pero estamos apenas comenzando, tenemos 10 años”
- “el numero que se da no es real, usualmente el doble de la verdadera cantidad”
- “no hemos crecido mucho porque la gente no se compromete”
- “tenemos 75, pero el Señor nos ha dicho que seremos miles” (nunca he escuchado a un pastor que me diga que recibió una palabra profética de que pastoreara una iglesia de 75 personas toda la vida, ¡raro!)
Es como si se tuviera que justificar la cantidad de personas que se congregan, como si por alguna razón – «si son pocos algo está mal y si son muchos debe estar todo bien».
Como todo prejuicio nuestros conceptos de iglesias pequeñas no son lo que parecen. Porque una congregación sea pequeña no significa que no puede ser una gran iglesia.
La mayoría de las razones que se dan para identificar los problemas o falta de crecimiento de una iglesia pequeña usualmente no son una descripción de una congregación pequeña, sino de una congregación enferma. Y la enfermedad no respeta tamaño (la metáfora que usa Pablo del cuerpo para describir la iglesia nos ayuda a entender estas dinámicas que se dan en la vida de las congregaciones).
El crecimiento de una congregación es un deseo noble y una bendición para la iglesia global. Pero cuando filtramos todo solo a través del lente del crecimiento numérico de la iglesia, vamos a ignorar muchas cosas.
Todo líder quisiera encontrar la “fórmula de crecimiento”, “la llave”, “los principios” – para que la congregación crezca. Juzgar esas motivaciones no me corresponde, sin embargo, debemos hacernos ciertas preguntas que no solo estén centradas en crecimiento numérico.
Como, por ejemplo:
- ¿Y que si no todo tiene que ver con ser más grandes?
- ¿Habrá alguna forma para que una congregación pequeña sea dinámica y saludable?
La respuesta a estas preguntas te ayudará a ponerte otros lentes que te permitirán ver cosas que quizás has ignorado por el enfoque solo en el crecimiento numérico o la frustración de no haber crecido.
Yo he estado en ambos extremos. Por años pastoreamos una pequeña congregación que llego a ser una numerosa congregación. Por eso nada de lo que te compartiré es una teoría para mi, lo vivimos en tiempo real.
En esta serie de artículos te quiero ayudar a mirar por nuevos lentes y compartirte principios que te ayudaran a ver que una pequeña congregación puede ser efectiva, aun si no crece (aunque si crece sería maravilloso). Estos principios son universales. Aplican a la iglesia en todos los países.
Primero, seamos honestos.
La mayoría de los pastores nunca pastorearan una congregación numerosa. (estoy usando el modelo tradicional de “pastorado – ministerio”, el enfoque de esta serie de artículos no es disparar contra los modelos existentes, sino crear una nueva conciencia y ofrecer soluciones ante tu realidad. Reformar la iglesia a los modelos de la iglesia del primer siglo requerirá “desmantelar” totalmente todo modelo existente, y después de 17 siglos de distorsión y mezcla no es una tarea fácil, aunque debemos seguir reformando).
En Norte América la mayoría de las congregaciones son pequeñas. La mayoría está compuesta por 150 personas o menos. La evidencia la tenemos todos en nuestros países. ¿Cuántas congregaciones de miles de personas hay en tu ciudad? Estoy seguro de que muy pocas. La mayoría son pequeñas congregaciones con una asistencia promedio de 75 a 200 personas. Si eres un pastor o líder, estas en una de ellas.
Siempre habrá congregaciones pequeñas y serán la mayoría. Si pastoreas o tienes planes de establecer una congregación tendrás que servir en una de ellas. Si esto es así y la realidad lo confirma, entonces necesitamos nuevas maneras de entender lo que es la salud y el crecimiento de una congregación. Formas que incluyan pero que no se limiten a la cantidad de sillas ocupadas el domingo, nuevas formas de evaluar la salud, vitalidad, alcance y mucho mas de una congregación.
El primer paso para el cambio es dejar de excusar porque la congregación que pastoreas o en la cual sirves, es pequeña.
Las razones porque la mayoría de las congregaciones son pequeñas, es por diseño o por la clase de trabajo que han sido llamadas a realizar.
1.Iglesias que se reproducen.
Hay congregaciones que descubrieron que su misión es que su crecimiento no es, en ellos ser grandes, sino establecer nuevas congregaciones. A través de los años he conocido lideres que estan tan seguros de esto que no se distraen ni permiten que las frustraciones que se pueden llegar a vivir en una congregación local los desenfoque de su tarea.
2. Iglesias en las casas.
Por definición son pequeñas congregaciones y muchas veces ignoradas como una expresión del cuerpo de Cristo. Esta expresión de iglesia se multiplicará en las próximas décadas por causa de la desilusión de muchas personas con los modelos corporativos de iglesias que parecen más una empresa multinacional que la familia de Dios en la tierra. Esto no significa que ser una mega congregación es malo, sino que se presentan otros retos que si no le prestamos atención incorporamos modelos defectuosos. No critique a los grandes sino has estado ahí. De lejos todo se ve mucho mas fácil.
3. Iglesias en comunidades de retiro.
En este contexto la iglesia esta sirviendo a comunidades envejecientes. Se hacen más funerales que presentación de niños. Pastorear en este contexto requiere estar muy claro de la misión y combatir los sentimientos de fracaso. Esta es una realidad que Puerto Rico enfrenta como una isla que su edad promedio son 60 años y la mayoría de los jóvenes se van de la isla cuando terminan su escuela. Los que pastorean deben estar considerando esta realidad y responder intencionalmente.
4. Iglesias “nichos”
Estas congregaciones se establecen para alcanzar, usualmente a un grupo marginado en la sociedad, ya sea étnico o por causa del lenguaje. Estos grupos son tan pequeños que nunca tendrán suficientes personas para ser una iglesia numerosa. Mi experiencia con este tipo de congregación fue hace muchos años. Fui invitado a participar de una de sus reuniones. El pastor usaba un «bar»(antes de estar abierto al publico) e invitaba a jóvenes que tuvieran cualquier tipo de pregunta sobre el evangelio. Llegaban unos pocos, de todo tipo de creencia, con dudas, cuestionamientos, y curiosidades. El Pastor les mostraba amor, era obvio que tenia paciencia, y su objetivo era crear relaciones con ellos y estar disponible para servirles. De mas esta decir que fue una experiencia diferente para mi, pero enriquecedora.
5. Iglesias en zonas de pobreza.
Estas congregaciones y sus lideres tienen profundas limitaciones que hace imposible crear expectativas de crecimiento o desarrollo. Yo he estado en contextos como estos y es digno de admirar la fidelidad, el trabajo, la vida de oración y el amor que se experimenta en esas congregaciones.
6. Iglesias perseguidas
Para las iglesias perseguidas en el mundo, la mayoría de nuestros “congresos”, y “actividades congregacionales” no trabajan en esos contextos. He tenido la oportunidad de ministrar en iglesias perseguidas y es una experiencia transformadora. Por definición estas congregaciones son y serán pequeñas y en muchos casos desaparecen. ¿No sientes un llamado a esos lugares? 🙂
7. Iglesias Transicionales
Estas iglesias existen en comunidades que experimentan cambios demográficos. La población continuamente está cambiando. El influjo de nuevas personas presenta oportunidades, pero a la vez es un gran reto para poder alcanzarlos. Un ejemplo de esto es en comunidades donde hay bases militares. Los residentes en esas comunidades no se quedan mucho tiempo viviendo en el área. Tuve la oportunidad de ministrar en Alemania y en diferentes ciudades de Estados Unidos donde la iglesia esta establecida en zonas de bases militares.
No toda congregación será numerosa. La mentalidad mundana de que “si es grande es mejor”, se ha infiltrado en la iglesia del Señor. Esta forma de pensar defectuosa impide a que muchas personas en el ministerio puedan ver otras oportunidades – como edificar iglesias saludables, no como un medio para llegar a ser grandes, sino como el objetivo final de la edificación.
Si la mayoría de las congregaciones en el mundo son pequeñas, quizás no tenemos un problema de tamaño, sino de salud. Un cuerpo débil y enfermo no puede crecer saludablemente.
Imagínate, si cada congregación pequeña, se convierte en una iglesia saludable, fuerte y dinámica. Si esto sucede, el tamaño seria irrelevante. En los próximos artículos veremos algunos principios para llegar a ese estado de vitalidad.
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Si estas pastoreando una congregación, o presides una red, o estarás estableciendo una congregación en el futuro te recuerdo que solo hay 4 espacios disponibles para el entrenamiento que he titulado Transformación Congregacional. Comienza en Enero 21 por 9 semanas consecutivas.
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1 Corintios 9:11
Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?