El Evangelio según Juan podría considerarse el Evangelio de la educación espiritual. Los otros Evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) están más enfocados a los aspectos históricos – la vida, ministerio y enseñanzas de Jesús, pero el Evangelio de Juan es la vida espiritual y la interpretación de Cristo en persona.
El Evangelio de Juan comienza con estas palabras:
Juan 1:4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan resume en dos versos el propósito de todo lo que ha escrito con esta declaración:
Juan 20:30-31
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.
Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
El Evangelio comienza con: “En él estaba la vida”. Y termina con: “y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. El contenido principal de lo que Juan quiere comunicar como verdades espirituales lo concentra en 20 capítulos de los cuales el capitulo 10 es la mitad en el cual Jesús dice, “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Al principio era la vida, en el medio era la vida y al final era la vida. Esto responde a la pregunta, ¿Por qué vino Cristo al mundo?
En relación a este asunto de la vida es importante señalar tres puntos.
- Todo lo que el Señor Jesús hizo esta relacionado a esto que El llamo vida.
- El demostró que poseer esta vida es un milagro. Ser poseído por esta vida es un asunto sobrenatural.
- Poseer esta vida es el fundamento necesario para la obra de Dios. Dios no puede hacer nada hasta que esta vida este presente.
Para Jesús era indispensable que sus discípulos aprendieran estas lecciones y su significado, y para esto expuso a los discípulos a una serie de “señales”. Esta es la razón por la cual Juan dice, “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos”. Podemos decir basado en este texto que Jesús no hizo nada que tuviera un significado espiritual a menos que sus discípulos estuvieran presentes.
Después de todo, los discípulos le darían continuidad a lo que el había comenzado y aunque las multitudes se beneficiaron de los milagros que el hizo, como en el caso de la alimentación de los cinco mil, el propósito de las “señales” era para la educación de los discípulos.
Como en el primer siglo el verdadero discipulado de hoy es “aprender a Cristo».
Efesios 4:20
Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
Lamentablemente muchos cristianos hoy creen que discipulado es 12 clases en un curso sobre la visión del pastor, los días de “culto”, ser fiel a la iglesia, y otros temas interesantes pero que en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con Cristo.
Juan nos da una catedra espiritual en esta verdad fundamental del Evangelio por medio de tres palabras claves:
- Señales
- Creer
- Vida
(Repite conmigo, señales, creer, vida)
Consideremos cada una por separado.
1. El Propósito de las Señales
El Evangelio de Juan se enfoca en siete señales, específicamente seleccionadas. Juan llama a estos milagros que Jesús hizo “señales” lo que significa que detrás de lo obvio “el milagro” había un significado. Era una señal de algo mas.
2. La Verdadera Naturaleza Del Creer
Esta es la palabra clave del Evangelio según Juan, aparece 98 veces en su escrito. Todo en el Evangelio de Juan descansa en esta palabra, “para que puedan creer”, pero, ¿Qué significa creer?
Significa dos cosas, que están implicadas en la palabra misma. La primera es el reconocimiento de la verdad, eso se expresa cuando se dice, “eso es verdad o El es verdad” – “Yo creo que El es verdad”. La segunda significa mas que eso. En el original la implicación es que, “si creíste que es verdad, te comprometes con aquel que lo dijo”.
Creer no es solo un acuerdo mental o intelectual, es comprometer la vida a aquel a quien crees.
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3. La Bendición De La Vida Divina
Las señales fueron el instrumento que uso Jesús, el creer fue la reacción de los hombres a las señales, y el resultado de creer fue la vida. Ellos se comprometieron y recibieron la vida.
¿Cuál es la naturaleza de esta vida?
La naturaleza de esta vida es diferente a cualquier otra clase de vida. Toda vida tiene su propia naturaleza, y la vida divina tiene naturaleza divina en ella. Pedro nos habla de que nosotros hemos sido hechos “participantes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4) y con esta vida la misma naturaleza de Dios ha sido impartida en nosotros. Es una naturaleza diferente a la nuestra. Veamos:
Esta clase de vida era lo que diferenciaba a Jesús de otros hombres.
Juan 1:4
En El estaba la vida…
Esta clase de vida trae consigo mismo una nueva y diferente conciencia. Mira a Jesús, ¿de que era que el estaba verdaderamente consiente? De lo que el estaba consiente era de lo que el siempre estaba hablando, considera lo siguiente:
Juan 10:30
Yo y el Padre uno somos.
Juan 8:29
porque yo hago siempre lo que le agrada.
Juan 10:25
las obras que yo hago en nombre de mi Padre
Jesucristo tenia diariamente una conciencia de la unión con Su Padre ( Juan 17:21). La razón de esto era que la vida misma de Dios estaba en El. Su vida era una vida consiente de Dios; de una unión perfecta.
Esto es lo que significa tener la vida de Dios en nosotros. El hombre nunca había tenido esta clase de vida, aun Adán en el jardín. Jesús vino a regresarnos a esa vida, a El mismo. Jesús no vino a enseñar sobre la unión con Dios, sino a vivir una vida en unión con Dios y traer a sus discípulos a esa misma unión.
“Yo he venido para que tengan vida…” – en otras palabras, “Yo he venido para que tengan la misma conciencia de Dios como Padre que yo tengo y que tengan la misma naturaleza divina que yo tengo”. (No que sean dioses, sino que tangan la misma naturaleza)
La evidencia de esa vida, como cualquier otra clase de vida es el crecimiento y desarrollo. Todo lo que posee vida crece. La ley de la vida es que está en constante desarrollo. Lo que es cierto en tu jardín es cierto en los que poseen la vida de Dios.
Pablo lo dice de esta manera,
Efesios 4:13-15
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Poseer esta vida significa que siempre debemos estar creciendo en todo en aquel que es la cabeza, esto es Cristo.
Para muchos esta clase de vida es extraña aunque el día que creyeron la recibieron. Pero, está enredada en una cantidad de conceptos, ideas, y religiosidad que su crecimiento es mas en cosas que hacen o dejan de hacer los cristianos que en la realidad de que en Cristo ahora tienen, una nueva naturaleza, una conciencia diferente, una unión diferente y un constante crecimiento.
Esta es la vida eterna de la cual habla la Biblia, y la cual recibiste el día que creíste en Cristo. En las palabras de Juan en su primera epistola capitulo 5 verso 12 lo dice asi,
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
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