Todo lo que tengamos y queremos hacer en la vida tiene dos puntos de partida – el de los hombres y el de Dios. El hombre usualmente comienza con un amplio marco de referencia, sistemas y mecanismos, estructuras y publicidad, y muchas otras cosas. Así es que el hombre usualmente comienza cuando quiere hacer algo para Dios. Es nuestra inclinación y tendencia. El argumento puede ser que Dios se merece lo mejor y lo más grande
La manera como Dios hace las cosas es totalmente diferente. ¿Qué es lo mejor y más grande para Dios? ¿Quién determina que es lo mejor y más grande? ¿Qué tiene valor para Dios?
Si buscamos en la escritura como Dios hace las cosas descubrimos que no se parece en nada a la manera en cómo el hombre lo hace. El punto de inicio de Dios siempre tiene un valor que es propio o característico de la cosa que se expresa por sí misma y no depende de las circunstancias. En otras palabras, lo que el hombre comienza generalmente terminan en sólo un pequeño porcentaje de valor duradero. Sin embargo, lo que Dios inicia siempre termina en un gran porcentaje de valor duradero.
Considera una semilla, es algo pequeño. Sin embargo, mira el potencial que tiene un grano de trigo. Al principio es pequeña e insignificante pero su cosecha es una evidencia del potencial que contenía. Así son las cosas que Dios inicia.
Los 30 años de anonimato de la vida de Jesús, tuvieron una gran influencia en sus tres años y medio de ministerio. Los cuarenta años de Moisés allá en el desierto, cuidando de las ovejas de su suegro, tuvieron una gran influencia en el resto de su vida. No fueron años perdidos o inútiles. Y así pudimos tomar uno tras otro: Abraham, David y otros, que tuvieron una larga historia antes de ser usados por Dios; es de allí que podemos trazar su efectividad.
Muy a menudo se hace más, en los últimos años de una vida, cuando Dios ha estado trabajando en lo secreto, que en todos los años anteriores.
Eso no significa que todos los años anteriores no tuvieron valor, o que no cumplieron un propósito. Significa que Dios ha estado trabajando para obtener algo que tenga un valor duradero.
Las cosas más grandes de Dios salen de las cosas que para El tienen un valor duradero. Por eso, él se toma el tiempo y cuidado necesario en secreto con ese proyecto en particular. Quizás tu pienses que los años están pasando, se te acaba la vida, todo ha sido problemas y un enigma; pero, es muy posible que en esta etapa de tu vida una fuente infinita de valor espiritual se manifieste a través de lo que estas viviendo, cuando tu creáis que era tiempo perdido.
Es necesario que te ajustes a esto: que Dios no está interesado en nuestra manera de hacer las cosas – en tiempo, métodos o cualquier otra forma. En lo que Dios está interesado es que lo que el inicia contenga y manifieste lo que para él es de SUPREMA IMPORTANCIA, y eso es, conformarnos a la imagen de Su Hijo.
Romanos 8:29
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Permite que esto sea el factor gobernante en tu corazón. A Dios le interesa más la formación de Su Hijo en nosotros, que nosotros formar algo grande para El.
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Quizás tu vida para los hombres parezca insignificante. No eres una persona “exitosa” en los términos del hombre (énfasis en los términos del hombre). Posiblemente no tengas la “mega congregación” de la cual todos hablan y quisieran visitar. Es probable que nunca escribas el “libro más leído” o llegues a tener el “negocio más grande” – pero, en lo íntimo, en lo secreto, en el dolor, y las constantes luchas de la vida – Dios ha formado el carácter de Su Hijo en ti, y para el eso es de un valor incalculable.
Él trabaja a través de las pruebas, en lo secreto, con muy poca consideración de nuestros gustos y placeres naturales. Después de todo sus caminos son diferentes a los nuestros.
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