Si alguien te preguntara, ¿Cuál debe ser el motivo predominante y el enfoque principal del ministerio , ya sea a nosotros o a través de nosotros? ¿Qué responderías?
Me parece que estaríamos de acuerdo si decimos que el motivo del ministerio debe estar alineado y enfocado en lo que para Dios tiene suprema importancia. Todo debería ser sacrificado y muchas cosas descartadas si esa es nuestra convicción.
Pero, ¿Será así? ¿No es cierto que la fascinación de muchos con resultados inmediatos, el deseo de ser reconocidos y tener mucha gente en sus congregaciones, los lleva a sacrificar en el altar de la superficialidad y temporero lo que para Dios es de suprema importancia?
Lo que para Dios tiene suprema importancia y en lo cual él enfoca todos sus tratos para con sus hijos es conformarnos a la imagen de Su Hijo.
Romanos 8:29
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
En el ministerio todo debe ser sujetado a la prueba de cómo todo lo que hacemos contribuye y alcanza esa finalidad. Para Dios el valor de algo o cualquier cosa es determinado por esto. Nuestros métodos, materiales, formas, presencia personal y todo lo demás debe ser puesto bajo esta prueba.
Solo el Espíritu Santo puede conformarnos a la imagen del Hijo. Por lo tanto, el ministerio solo tiene valor si esta en acuerdo con la intención del Espíritu.
¿Estas siendo edificado en Cristo? ¿Lo que recibes verdaderamente contribuye a la formación y aumento de Cristo en ti? ¿Esta siendo Cristo ministrado a nosotros en el Espíritu Santo?
Si no es así, entonces, no importa cuan interesante, atractivo, informativo y emocionante sea, estas perdiendo el tiempo, lo eterno no esta siendo impartido y lo que para Dios es de suprema importancia no se esta ministrando.
Es muy fácil distraerse en la periferia, pasar años ministrando lo que esta de moda, brincar de iglesia en iglesia buscando al mas ungido, la estrella del momento, y a quien te gusta mas cuando habla y al final darte cuenta que nada de eso contribuyo a la formación y edificación de Cristo en ti.
Congregarte debe ser una experiencia de edificación en la cual Cristo es impartido los unos a los otros.
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Todo en la vida de los creyentes desde su comienzo hasta su final esta relacionado a Cristo revelado en nosotros, Cristo como nuestra vida, Cristo formado en nosotros, Cristo haciendo morada en nosotros y Cristo glorificado en nosotros.
Si Cristo no es la razón del ministerio y lo que determina la motivación del ministerio no nos debe de extrañar porque muchos se han estancado en una eterna inmadurez cuando debiendo de ser maestros todavía están en necesidad de la leche, incapaces de digerir las cosas profundas de Dios.