Si tu llevas algún tiempo sirviendo al Señor tienes que haber escuchado frases como estas:
- Señor tengo hambre de ti
- Señor dame más hambre por ti
Estas frases se han usado en cánticos, en oraciones, en profecías en fin son tan comunes que hemos llegado a pensar que son hasta bíblicas. Por lo menos yo lo creí así, y hasta las llegue a repetir varias veces. ¿Y tu?
El único problema con tener hambre espiritual es que no es saludable.
Cuando consideramos lo que Jesús dijo sobre el hambre, lo menos que deberíamos hacer es pausar y pensar un poco en lo que estamos diciendo cuando decimos, “Señor dame más hambre espiritual”.
Mateo 5:6
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
El hambre espiritual indica que no hay satisfacción. Para los que estamos en Cristo, ya no debemos tener hambre espiritual porque el la satisfizo.
Hambre es el estado de una persona que se siente separado de Dios de una manera u otra.
Cuando recibimos la vida de Dios en el nuevo nacimiento y somos uno con El, se nos dice que ya no tendremos hambre y sed JAMÁS. ¿Cuando? JAMAS. Jesús no dice que te sentirás satisfecho por 4 días y luego en el próximo retiro espiritual te vuelvo a saciar. No – no volverás a tener hambre y sed jamás cuando lo comes y lo bebes a El. El es el pan y el agua.
Esto esta en perfecta armonía con lo que él nos prometió cuando dijo que nunca nos dejaría, y que ha hecho morada en nosotros, somos Su templo.
¿Que es hambre espiritual?
Cuando nosotros decimos, “Señor tengo hambre espiritual” o “Señor dame más hambre por ti” lo que estamos declarando es que nos encontramos en un estado donde no estamos disfrutando de la plenitud de todo lo que Cristo hizo por nosotros. Tener hambre en este sentido no es bueno.
Esto describe a un cristiano que está de alguna manera ignorante del banquete que es Cristo para los suyos.
Quizás ellos piensan, como lo llegué a pensar yo, que el hambre espiritual es una disciplina que se tiene que desarrollar para recibir satisfacción, o quizás desconocen completamente que Cristo quiere satisfacer su hambre. A los mejor alguien le dijo que, “sólo Dios responde al hambre”.
La verdad del asunto es que Dios está más complacido cuando estás disfrutando de quién es Él y lo que te ha dado. Esta es la máxima y más bella expresión de adoración que tu le puedas ofrecer. No es cantar tengo hambre sino dar gracias porque el sacio tu hambre.
La única forma que puedes considerar el hambre espiritual como buena es para señalar las áreas en nuestras vidas en las cuales no estamos disfrutando del banquete que el Padre ha puesto delante de nosotros.
Lo único bueno que hace el hambre espiritual es que te indica cuales son las áreas de incredulidad en relación a los que Cristo te ha dado.
¿Cual es el punto?
Tener hambre espiritual no es una virtud, es más bien un reconocimiento inconsciente de no saber quién es Cristo en nosotros – el que sacia el hambre y la sed espiritual y no la volveremos a tener JAMÁS.
Piensa dos veces antes de pedirle a Dios que te dé más hambre y sed espiritual, no vaya a ser que la respuesta sea, ¿no crees que en mi Hijo ya yo la sacie?
Un cristiano con hambre espiritual es una evidencia de que lo que ha estado comiendo y bebiendo es religiosidad y dejo de comer y beber de la mesa del Padre.
El hambre es un alerta de que te tienes que re enfocar en tu unión con Cristo, Él es el pan y el agua que descendió del cielo para que no tengas hambre y sed JAMÁS.
Debemos de reconocer que el hambre espiritual apunta a un problema que ya tiene una solución permanente – Cristo.
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En resumen, el hambre es buena porque te indica que hay una deficiencia de alimentación, seguir teniendo hambre después de haber sido saciado(a) es una indicación de que lo que comimos es “chatarra” y no el pan que descendió del cielo, que quita el hambre para siempre.
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