Como Enfrentar Una Crisis Y Evitar Que Te Destruya


En el mundo tendremos aflicciones. Aunque esto no son noticias para nadie, la realidad es que en los momentos de crisis en la vida a muchos se nos olvida. ¿Te ha pasado?

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La vida está salpicada con adversidades, sufrimientos, retos, y dificultades. Si no estás pasando por una de ellas en este momento, la pasarás en algún momento, garantizado.

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Las crisis en la vida se presentan en todo tipo, colores, o tamaño.

  • Un divorcio o crisis matrimonial inesperado.
  • La pérdida de un trabajo, o la falta de encontrar uno.
  • Tienes a un miembro de la familia terminalmente enfermo(a).
  • Tienes un hijo con problemas de salud y no mejora.
  • Alguien se ha empeñado en hacerte la vida difícil.
  • Te acaban de diagnosticar una condición de salud incurable.
  • Y la lista no acaba.

¿Cómo enfrentas esos momentos?

¿Cómo sobrevives sin que la crisis te destruya?

¿Cómo evitas las raíces de amargura que pueden brotar?

Aquí te comparto algunas principios que te empoderaran para enfrentar tu crisis presente o futura.

1. No niegues la realidad de la crisis.

No se puede enfrentar lo que no estamos dispuestos a admitir. Muchos cristianos piensan que admitir la realidad de una situación es dudar o no tener fe.

En muchas ocasiones eso se debe a ciertas enseñanzas defectuosas sobre la fe. Algunos pretenden que la crisis no existe, otros la minimizan o muchos la sobre dramatizan.

Una manera saludable de enfrentar una crisis y evitar que te destruya es escribir por lo que estás pasando. Esto simple ejercicio te ayudará a determinar si tu mismo estás haciendo la crisis peor o mejor de lo que es verdaderamente.

Cuando enfrentas la realidad, estas en una mejor posición para manejar los múltiples retos que tendrás que navegar durante esa temporada de tu vida.

2. No pierdas esperanza en el final de la historia.

Mientras que en la Escritura se nos anticipa que pasaremos por tribulaciones, sufrimientos y dificultades, también se nos promete que Dios en Cristo siempre nos lleva en triunfo. Antes de la crisis que estás viviendo o vivirás ya el Padre en Su Hijo te considera más que un vencedor.

Así que, no importa si Dios escoge librarte de la crisis o pasarte a través de ella, el final de la historia apunta a Su Gloria y a tu beneficio.

[shareable]No importa si Dios escoge librarte de la crisis o pasarte a través de ella, el final de la historia apunta a Su Gloria y a tu beneficio.[/shareable]

Romanos 8:28, no ha sido borrado de la Palabra.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Al momento de escribir este artículo me encuentro en Puerto Rico atendiendo una situación de salud de mi padre. Esta inesperada situación nos ha presentado con la necesidad de considerar serias y determinantes decisiones que no estaban en nuestra agenda y planes de vida.

Con frecuencia, en los tiempos de crisis, parece que Dios ha salido del escenario. En momentos como esos se puede llegar a la errónea conclusión que la gracia de Dios no es suficiente.

Pero, al pasar del tiempo y con el beneficio de la historia, descubres que no solo Él estuvo presente, sino que Su gracia fue completamente suficiente para manejar la situación.

Así sucede con los que han puesto la fe en Cristo.

3. Imagínate lo peor que pueda suceder en la crisis y entrégalo al Señor.

Luego de haber abrazado la realidad de la situación y has rehusado perder la esperanza, enfrenta la posibilidad de que la crisis no se resolverá de la manera que quieres. En muy probable que lo menos que suceda es lo que tu quieres que pase.

Esto parece contrario a no perder la esperanza. Pero no lo es. Tu esperanza nunca debe estar amarrada a cómo la crisis se resolverá. Tu esperanza sólo debe estar puesta en el Señor y Su propósito.

Una vez te imagines el peor resultado que pueda suceder, dile al Señor, “si este es el final de esta situación, estaré en paz con eso. Te amo y comoquiera te serviré. Tu me sostendrás a través de la tormenta y me llevaras a puerto seguro”.

Esta postura quebranta el poder del temor sobre ti. También te pone en una posición para no ser tocado por el enemigo.

Esta fue la actitud de los tres jóvenes hebreos cuando rehusaron doblar sus rodillas a los dioses paganos.

Así lo expresaron ellos:

Daniel 3:17-18

He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.

Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

Esta actitud te blinda contra los trucos de la mente y las vanas imaginaciones. Tu confianza no está en como se solucionará la crisis sino en Cristo y su plan para tu vida.

Cuando rindes al Señor lo peor que pueda suceder, estas abrazando la cruz de Cristo.

4. Recuerda que por lo que estas atravesando también pasará.

Todo sufrimiento tiene fecha de expiración. No durará para siempre. Aunque después de la crisis puedes tener cicatrices (como las tuvo tu Señor ) eres más que vencedor.

Al final de todo la promesa inquebrantable es que todo sufrimiento te conduce a tu transformación y a un ministerio que imparte vida a aquellos que están en dolor. (Lee toda la segunda carta a los Corintios y la epístola a los Romanos).

5. No olvides las palabras de José.

Cuando José era todavía un adolescente, fue vendido como un esclavo por sus propios hermanos. Seguido a eso, fue falsamente acusado de seducir la esposa de Potifar. Fue encarcelado. Todo este drama en su vida duró 13 años y fue causado por su propia familia (con hermanos así quién necesita enemigos).

Sin embargo, de una manera extraordinaria, cuando Dios finalmente libró a José y lo exalto a un lugar de prominencia, el enfrentó a sus hermanos. Sin malicia y rencor, le dijo lo siguiente a sus hermanos:

Génesis 50:20

Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

Considera que no fueron trece días, trece semanas o trece meses sino fueron trece años desde que tuvo el sueño hasta que vio su cumplimiento.

6. Humíllate bajo la mano poderosa de Dios.

Las palabras de Pedro a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, son reconfortantes para cualquiera que está pasando una crisis. (1 Pedro 1:1)

Diferente a la mayoría de nosotros que queremos salir de cualquier dificultad en tiempo récord, los apóstoles no le vendían a los primeros cristianos fórmulas de escape sino que los afirmaban en la palabra de fe.

A quien Pedro le escribe, estaban siendo perseguidos por el imperio romano por causa de su fe en Cristo. Como un león rugiente el emperador, quería devorar a todos los que proclamaban que había un Señor soberano y Rey del universo, que no era el emperador en turno.

Ante la gran posibilidad de perder la vida por causa de su fe en Cristo, Pedro le escribe para afirmarlos y consolarlos en medio de la crisis. La carta termina con esta maravillosa exhortación:

1 Pedro 5:6-11

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Desconozco lo que puedas estar pasando hoy o pasarás en el futuro, lo que sí sé es que después que hayas pasado por el fuego de la prueba y todo haya terminado, saldrás mejor que el oro.

Habrás sido probado y aprobado. Tu fe ya no estará establecida sobre cuentos de hadas, con ilusiones de súper humano, sino que después que todo haya terminado solo podrás decir, “si no hubiera sido por el Señor”. No desmayes, Su gracia te sostendrá.

Hazme un favor, envíale este artículo a alguien que sabes que está pasando por una situación difícil o compártelo en los medios sociales, muchos hoy necesitan oír una palabra que los afirme y consuele.

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