El conocimiento de Jesús sobre la paternidad de Dios, fue la base sobre lo cual toda su vida y ministerio fueron establecidos. Todas sus enseñanzas, instrucciones, y entrenamiento de los doce, emanaron de la unión y el conocimiento que Jesús tenía de Su Padre, no de escuelas o libros.
Esto fue algo que desconcertó a los eruditos de Su día. Mateo 13:56, registra como quedaban perplejos por las cosas que El enseñaba – “¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? Juan 7:15 lo documenta así: Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?
¿De donde obtuvo Jesús este conocimiento? ¿Qué seminario lo educó? ¿En qué escuela se formó?
Es obvio, al estudiar la vida de Jesús, que Su conocimiento del Padre era el resultado de su propia unión espiritual con El. El Evangelio de Juan nos revela esto con una claridad sorprendente:
- El Hijo vive por la vida del Padre (Juan 5:26; 6:57)
- El Hijo comparte y expresa la gloria del Padre (13:31-32; 17:4-5)
- El Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo (1:18; 14:10)
- El Hijo refleja al Padre en sus palabras y obras (12:49; 14:9)
- El Padre glorifica al Hijo (1:14; 8:50,54; 12:23)
- El Hijo exalta al Padre (7:18;14:13;17:1)
Esto fue transferido por el Padre a Jesús y por Jesús a nosotros.
Juan 6:57
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Juan 20:21
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envió.
La paternidad de Dios no era una DOCTRINA que Jesús le predicaba al público en general. Era un misterio que Él le revelaba a los discípulos en secreto. No era una teoría, era la realidad de su propia vida y unión espiritual con el Padre. Los doce conocieron la paternidad de Dios – no por argumento, imposición o principio de cobertura sino porque para Jesús, el Padre era la realidad SUPREMA de Su propia vida.
Todo el entrenamiento y enseñanza de los doce fue el resultado de eso. Cuando vuelvas a leer los Evangelios, préstale atención a las veces que Jesús se refiere o habla directamente del Padre. Todo esto no al público general sino en el entrenamiento privado de sus discípulos.
Así como todo el entrenamiento de los doce fue fundamentado sobre la la unión de Jesús con el Padre, así también nuestra formación, y entrenamiento en la vida del Reino debe ser a través de nuestra unión con Cristo – una unión tan vital como lo fue la unión de Jesús con Su Padre, para que en unión con el Hijo, disfrutemos las maravillas de la paternidad de Dios.
La paternidad de Dios no es un titulo o una nueva doctrina. Para Jesús era todo. Desde el principio de su vida Jesús hizo referencia, deferencia y apelación al Padre. Lo que controlaba todo lo que el hacia era la paternidad de Dios.
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Aun, sus ultimas palabras en la cruz, fueron – “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, (Lucas 23:46)
Fue esto lo que lo mantuvo fuerte, fue ese conocimiento intimo de la paternidad de Dios que lo mantuvo obediente. Fue lo que hizo posible que rechazara todos los ofrecimientos de satanás. Fue el poder que hizo posible que soportara el sufrimiento. Para Jesús, el Padre lo fue todo en todo; una profunda realidad espiritual.
No creo que me equivoco al decir que si nosotros no tenemos un sentido adecuado de nuestra unión espiritual con Dios como nuestro Padre, en Cristo Jesús – tenemos una gran deficiencia en nuestra constitución espiritual. Para Jesús era de suma importancia que los discípulos entendieran la relación de El como el Hijo con el Padre. Después de todo esta seria la manera practica de cómo ellos se relacionarían los unos con los otros.
Jesús no estaba buscando tener personas bajo su cobertura que lo llamaran padre, o estaba formando una nueva clientela con intereses comunes – El estaba formando una familia.
El escritor de la carta a los Hebreos hace esto claro cuando dice,
Hebreos 2:11-13
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se averg:uenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te alabaré.
13 Y otra vez:
Yo confiaré en él. Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
En una declaración definitiva el Señor esta diciendo; “Quiero que entiendan que ustedes son hermanos, todos de una sola familia, porque son los hijos de un solo Padre en la mas profunda realidad de su propia existencia. Esta es la manera que se deben considerar y tratar los unos a los otros».
Este sentido de familia es el que hace posible que nos apreciamos y nos amemos los unos a los otros como él nos amó – “sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Juan 13:1
Que mucho nos falta como iglesia de comprender la verdadera paternidad de Dios. Cuando veo que los hermanos se dividen por causa de quien en su “padre espiritual” o “quien es su cobertura”, mi corazón se entristece. Un verdadero padre espiritual no divide la familia de Dios, no manipula a los hijos de Dios, no se adueña de los hijos de Dios, no controla a los hijos de Dios.
La paternidad de Dios no es una doctrina o el mensaje de moda, es la realidad espiritual que experimentan todos los que han nacido de nuevo y han entrado en unión vital con Cristo.
Galatas 4:6
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !Abba, Padre!
Aquí te comparto algunos consejos prácticos sobre la paternidad espiritual de un escrito del Apóstol Basilio Patino.
- La paternidad espiritual es elegida por soberanía de Dios y por simpatía nuestra.
- La paternidad busca quien nos reemplace y no quien nos complazca, pues somos llamados para formar sucesores y no buscar seguidores.
- La paternidad espiritual es un proceso formativo y no un suceso accidental.
- La paternidad es una tarea que demanda esfuerzo, tiempo, recursos y dedicación, no es un asunto mágico, sino práctico.
- La paternidad se RECONOCE y se RECIBE no se IMPONE, para que de esta forma haya recompensa.
- La paternidad se da por engendrar, como Pablo lo hizo con Onésimo (Filemón vr 9) o adoptar como lo hizo con Timoteo (Hechos 16:19)
- No todo mentor, consejero o intercesor es un padre, pero si todo padre mentorea, aconseja e intercede por sus hijos. (1ª Corintios 4:14-15)
- La predicación es para la multitud, la instrucción para los discípulos, pero la herencia para los hijos.
- Todo padre espiritual esta para REPRESENTAR la paternidad de Dios no para REEMPLAZAR.
- No busques una congregación especial donde te veas como asistente y tengas un pastor que te predique, busca una casa espiritual donde te integres como hijo y tengas un padre que te forme.
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