Demasiados creyentes están tratando de vivir su vida en Cristo, pero disfrutando menos a Cristo. Mientras más tratan más vacíos se sienten. Esta condición que lamentablemente la viven millones de hermanos diariamente es resultado de una confusión religiosa que esclaviza a los creyentes. La confusión tiene que ver con la creencia de que las buenas nuevas del Evangelio son primordialmente para los incrédulos.
Muchos creyentes están de acuerdo que el evangelio es el poder de Dios para salvación, pero luego sienten que para “mantenerse salvos” tienen que vivir de acuerdo a una variedad de reglas y expectaciones creadas por los hombres, para agradar a Dios y dar la “medida” de un verdadero cristiano.
Esta defectuosa creencia impide aplicar la gloriosa verdad de que en Cristo somos hechos totalmente nuevos – para todo lo que pertenece a la vida y las situaciones que podamos enfrentar.
Esto conduce a la mentira de insistir que debemos vivir a la altura de varias definiciones de lo que significa ser “un verdadero cristiano” o “un buen cristiano”. El resultado de esta creencia diseñada por los hombres tiene unos daños colaterales devastadores:
- Permite la comparación y competencia entre cristianos para sentirse mejor de sus propias debilidades.
- Conduce a redefinir tus debilidades porque no son tan “malas” como las de otros creyentes.
Como resultado se condena lo que está mal en otros y se ignora la debilidad personal. Esta condición conduce a la hipocresía.
Cuando no se entienden las implicaciones del Evangelio en aquellos que ya hemos creído, la tendencia es querer probar que somos más aceptables para el Dios que ya nos ha hecho aceptos en su Amado Hijo Jesucristo. Esta incansable búsqueda es la que conduce a muchos creyentes a un activismo religioso, que cada vez necesitan hacer más, pero en el proceso se sienten más secos y vacíos. No nos debe de extrañar, la vida en Cristo no se puede vivir independiente de la gracia y el poder del evangelio.
¡EL EVANGLEIO ES PARA LOS CREYENTES!
Esta clase de enseñanza, es precisamente contra la que Pablo nos exhorta a cuidarnos. (Leer todo el capítulo 2 de la Carta de Pablo a los Colosenses)
Colosenses 2:23
Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
La única forma que seremos transformados por el Espíritu Santo a la imagen de Cristo es cuando confiamos en que, [pullquote position=»right»]el mismo evangelio que nos salvó de la paga del pecado también nos puede libertar del poder del pecado.[/pullquote]
Si tú eres uno de esos creyentes que esta hastiado, drenado, aficiado, y con las máscaras religiosas haciendo lo que otro dice que debes de hacer para que no te quiten de tu puesto en la iglesia y no te señalen como un carnal o rebelde; entonces necesitas aprender que es para libertad que Cristo te ha hecho libre por lo tanto:
Gálatas 5:1
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
En Cristo tienes una nueva vida. Puedes salir de la cárcel de la vergüenza y fracaso. Pero, debes creer que el Evangelio no es solo para cuando confiaste en el sacrificio de Jesús en la cruz para salvación, sino también para toda la vida. El Evangelio tiene el poder para librarte del poder del pecado no solo la paga del pecado.
Abrazar esta verdad de la Palabra revolucionara tu vida y te garantizo que te transformara. Descansar en la obra perfecta de Cristo causara que manifiestes la justicia que Jesús tenía en mente cuando te salvo del pecado. Y todo esto es por GRACIA a través de la FE.
Si esto te suena demasiado fácil y bueno, quizás se debe a que nadie te ha enseñado la dramática diferencia entre el EVANGELIO y la religión.
