¿Quién Es El Verdadero Pueblo De Dios?


Imagínate por un momento perder tu memoria y tener que aprender desde lo más básico quien eres. Para la mayoría de nosotros es inconcebible ni siquiera pensarlo, pero es lo que todo el que ha perdido su memoria ha tenido que hacer, perder una identidad para reconstruir otra.

humanidad, naciones, pueblos de la tierra

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Esto es precisamente lo que Pablo explica en los versos 15- al 21 a los gálatas.

El asunto en consideración no es trivial. No tiene que ver con un estilo sobre el otro o algunos asuntos relacionados a la interpretación del evangelio o la ley dada a los Judíos.

El tema aquí es, quien eres en el Mesías. Este es el clímax de la confrontación de Pablo con Pedro en Antioquia y es lo que nos introduce por los próximos tres capítulos a una exposición magistral de quienes somos en Cristo.

En su peculiar estilo como escritor, Pablo resume todo en una declaración contundente al final del capítulo. En este caso versos 19b -20.

Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Este es el corazón del argumento – “es necesario perderlo todo incluyendo la memoria de quienes éramos antes; y se tiene que aceptar y aprender a vivir por una nueva identidad, con un nuevo fundamento».

No olvides que lo que motivo todo esto fue la confrontación de Pablo y Pedro en Antioquia en relación a si a los cristianos Judíos y Gentiles se les permitía comer en la misma mesa. En otras palabras, ¿Quién es el verdadero Israel de Dios?

¿Quién es el verdadero pueblo de Dios? ¿Son todos los que están en el Mesías? o ¿Son solamente los judíos cristianos, incluyendo a los gentiles que se convirtieron al judaísmo, con los gentiles cristianos como una segunda clase? La respuesta a estas preguntas definirían la identidad de los creyentes por el resto de la historia. 

La respuesta es simple pero sus implicaciones demasiado profundas para estudiarlas solo en un artículo, pero con lo de hoy será suficiente para irrumpir en adoración.

El enfoque de Pablo era puntual. El verdadero Israel de Dios consiste de una persona: El Cristo. Punto.

Él, es el verdaderamente fiel. Él, es el verdaderamente Israelita. Él es el fundamento de la nueva identidad para el pueblo de Dios.

La pregunta que esto provoca es; ¿Y quienes pertenecen al Cristo (El Mesías)? ¿Cómo se expresa esa identidad?

La respuesta de Pablo es una de sus creencias más básicas en relación al mensaje del evangelio que para la mente occidental es muy difícil de entender. Para Pablo aquellos que pertenecen al Mesías “están en el Mesías», así que, lo que es cierto sobre él también es cierto para los que pertenecen a él.

La raíz de esta idea está en la creencia cultural de los tiempos antiguos sobre la representatividad. El rey representa a todo el pueblo. El ejemplo clásico de esto es David luchando contra Goliat, quien representaba a los filisteos. Para una explicación mas amplia de este tema escucha el mensaje La Autoridad Del Nuevo Pacto.

Entre ellos era entendido que si ganaba David, no solo Goliat seria derrotado sino todos los filisteos, pero si ganaba Goliat no solo David seria derrotado y avergonzado sino que todos los israelitas. Yo creo que ya sabes cómo termino todo.

Cuando David gano fue como si todo el pueblo hubiese ganado con él. Aun las mujeres que no fueron a la guerra, los ancianos que se quedaron en sus tiendas, los infantes que estaban en los brazos de su madre, los impedidos que no podían luchar – la victoria de David fue la victoria de todos. Este es el corazón de la teología Paulina. Lee Romanos 5 para una amplia exposición de este principio.

Para Pablo la respuesta es simple; todos los que están en el Mesías son el verdadero pueblo de Dios, y eso significa los gentiles así como los judíos.

En estos versos Pablo habla como lo que es, un judío que nació de nuevo en Cristo, no un latinoamericano que se quería hacer judío.

Para Pablo el evangelio no eran doctrinas, cánticos, guerra espiritual, adoración y alabanza, pactar, prosperar, escatología, ganar almas, ser ujier, o escudero del pastor, ser parte de la sociedad de damas o cualquiera otra cosa que hemos hecho nosotros del evangelio. (Nada de esto es malo en sí mismo, siempre y cuando no creas que eso es el evangelio).

El evangelio es la buena noticia de que el misterio que había estado escondido en otras generaciones se dio a conocer en Cristo – “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y coparticipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”. ¡Gloria a Dios! Lee todo el capítulo 3 de la carta a los Efesios.

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El punto era este, decía Pablo: “Nosotros judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles”. Ver. 15

Las implicaciones eran las siguientes:

Como judíos, aunque nacimos en la familia del pacto, ahora no tenemos nuestra identidad en las cosas que nos marcaron como un pueblo peculiar, esto es, la Ley. Ahora si creemos que Jesús es el Mesías y si estamos “en” El, eso significa que quienes éramos antes es irrelevante. 

Esto esta resumido en Filipenses 3:4-7 –  Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín,hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

La identidad no era definida porque eran los que habían recibido la ley, o eran los portadores de la promesa, o por obedecer los detallados requerimientos de la ley que separaba a los Judíos de los Gentiles.

En relación a esto Pablo decía; Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Vers. 19 – Ahora tenían que aprender quienes eran de una manera totalmente nueva.

Entonces, ¿Quiénes somos?

Somos el pueblo del Mesías, los que hemos recibido su propia vida – Y como lo que lo distingue a Él es su fidelidad, lo central que distingue a los suyos y lo que los define, es su fidelidad hacia él, que no es otra cosa que la respuesta de la fe al Dios que envió a su Hijo a morir por nosotros. Esto es lo que define la verdadera identidad de los Hijos – la obediencia por causa de la fe. 

La palabra que Pablo usa para definir la identidad de los que están “en” Cristo, los que pertenecen a la familia de Dios, es la palabra “justo” y “justificado”.

Esta palabra tiene diferente significado para diferentes personas, pero como veremos en los próximos artículos, para Pablo está relacionada a la promesa que Dios le hizo a Abraham, la cual se cumplió en el Mesías; que Dios crearía una sola familia en la tierra, la cual su marca de identidad seria la fe. (La fe que aquí se habla no es la fe de la superación personal de que si tienes mucha fe te harás rico o serás prospero. Prosperar no es un asunto de fe si no de mayordomía, si fuera de fe ningún ateo seria prospero y todos los cristianos fueran ricos) 

Para los que creyeran a lo que Dios haría se les contaría como un acto de fe, así como se le contó a Abraham, esto es, tendrían identidad de familia y pertenecerían al pacto.

El anuncio al cual tendrían que creer no era, que el mundo está por terminar, y que un fulano lo profetizo, o que según el código secreto de un manuscrito que se encontró en el mar muerto…, –  no, el anuncio que hay que creer es la buena noticia – “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”. 2 Corintios 5:11-21.

El punto de todo era que Pablo le estaba demostrando a Pedro que aun los cristianos Judíos habían perdido su identidad, la cual la definía la Ley, y ahora tenían una nueva identidad, la cual la definía solamente el Cristo.

Esto no significaba como el lo expresa en el verso 17-18, que por perder su identidad como Judíos ahora eran “pecadores”, como los Judíos consideraban a los Gentiles.

Por el contrario, si como Pedro se reconstruye la pared que dividía a los Judíos y a los Gentiles, todo lo que se logro es probar que eres un transgresor de la Ley. Si lo importante era la ley, entonces eres un transgresor de ella.

Gálatas 2:18

Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.

En conclusión, si la ley es lo que verdaderamente importa, si la justicia es por la ley, si ser de la familia del pacto viene por la ley dada a los judíos, entonces el Mesías murió en vano.

Gálatas 2:21

No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

Solo hay una mesa, solo hay un pueblo, solo hay un Dios y salvador, solo hay una ley, solo hay un pacto, solo hay una fe, solo hay una familia, solo hay un salvador, solo hay un Padre de todos, solo hay una iglesia, solo hay una nación, solo hay una esperanza, solo hay un bautismo, solo hay un Señor, solo hay un Espíritu, solo hay una salvación, solo hay una vocación, solo hay un Mesías, solo hay un Cristo, solo hay una unción.

Efesios 1:9-10

…dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

Todo regreso a donde siempre el Padre quiso que estuviese, en Su Hijo.

Gálatas 6:16

Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.

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