Cristo, La Sabiduría De Dios – P.2

En la primera parte de esta serie de artículos concluimos diciendo que el peligro que amenazaba a la iglesia en Corinto de mirar todo como una filosofía, los había llevado a reducir la verdad del Evangelio a una NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA. La evidencia de que esto fue así, fue el efecto que produjo en la iglesia.

En Corinto ellos habían recibido la verdad del Evangelio de una manera plena y rica – pero la tuvieron solo en su mente natural y las consecuencias produjo la manifestación de lo que es sensual, terrenal y diabólico. La sabiduría del mundo en la cual estaban operando llevó a los corintios a un estado “carnal”.

1 Corintios 3:1

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

Particularmente en esta epístola, Pablo habla del hombre natural, el hombre espiritual y el hombre carnal. Para entender lo que Pablo quiere ensenarle a los corintios es indispensable entender estos tres estados o naturalezas, la natural, carnal y espiritual.

Por eso cuando Pablo habla de la sabiduría de arriba o la sabiduría de Dios la presenta como un estado – una condición, no como meras palabras y argumentos humanos.

1 Corintios 2:1-5

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Así como la sabiduría del mundo produce una condición (un hombre carnal) así la sabiduría de Dios produce una condición, una naturaleza (un hombre espiritual).

La espiritualidad es un estado – una condición que se recibe no por lo que hacemos sino por la naturaleza que se nos ha impartido. Tu no eres espiritual porque haces cosas sino que haces cosas porque eres espiritual.

El verdadero conocimiento y sabiduría espiritual siempre producirá un aumento en la formación de Cristo en tu vida – siempre contribuirá al cumplimiento del eterno propósito de Dios.

El propósito eterno está gobernado por la sabiduría de Dios y está dirigido a cumplir 2 cosas principales.

1. Reconciliar todas las cosas en Cristo. Un acto realizado

Efesios 1:9-10 – dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

2 Corintios 5:19 – que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

2. Conformarnos a la Imagen de Su Hijo. Un proceso

Romanos 8:29 – Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

La palabra conformar viene del griego «sym-morphos» que significa, «tener la misma forma que otro, similar, semejante a».  Esta palabra “conformar” solo aparece 2 veces en el Nuevo Testamento, Romanos 8:29 y Filipenses 3:21 que dice:

“el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

El resultado final de todos los tratos de Dios con sus hijos es conformarnos a la imagen de Su Hijo.

La imagen del Hijo la presenta Juan en la Biblia como ningún otro escritor de los evangelios.

• El Hijo vive por la vida del Padre – Juan 5:26; 6:57
• El Hijo comparte y expresa la gloria del Padre – 13:31-32; 17:4-5
• El Hijo esta en el Padre y el Padre en el Hijo – 1:18; 14:10
• El Hijo refleja al Padre en sus palabras y obras – 12:49;14:9
• El Padre glorifica al Hijo – Juan 1:14; 8:50,54; 12:23
• El Hijo exalta el Padre – Juan 7:18;14:13; 17:1

El Hijo fue hecho es un «espíritu vivificante»,  según 1 Corintios 15:45-49

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

¿Cómo es que somos conformados a la imagen de Cristo?

Según la Palabra, a través de un proceso de transformación.

2 Corintios 3:18

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

La palabra «Transformados» (Metamorfo) significa, pasar de una forma a otra.

“Somos transformados”, está en un presente continuo – en el original es, “estamos siendo transformados” – es un proceso no evento. Es una experiencia continua, no una emoción pasajera. Por definición entendemos que algo que está siendo transformado está pasando de una forma a otra.

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La comprensión de este «proceso de transformación«, nos explica la razón de las cartas de Pablo a las iglesias que fundó, explica el propósito de la salvación, explica el propósito de las pruebas, explica el propósito de la iglesia y explica el propósito del porqué nos congregamos.

Permítame decirlo de esta manera: Estar en Cristo es un continuo proceso de transformación.

Estar en Cristo implica estar pasando continuamente de una forma a otra forma.

Esto es lo que Pablo le quiere comunicar a la iglesia en Corinto y lo hace contrastando dos tipos de humanidades – dos tipos de hombres – dos especies – que operan en sabidurías distintas – y en medio de estas dos humanidades y sabidurías le planta la CRUZ.

1 Corintios 2:1-2

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

La intención de esta contundente declaración (Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado) era enfatizar la distinción que trajo la cruz – la separación de la humanidad; los que pertenecen al orden natural y los que pertenecen al orden espiritual.

Esto resume toda la carta. Esta es la razón por la cual Pablo le escribe a los corintios sobre dos tipos de edificios, dos tipos de obras, dos tipos de fruto, dos tipos de hombres, dos tipos de ministerio (el de muerte y condenación y el de vida y justicia) uno permanece el otro será destruido, las obras de uno serán quemadas, las del otro pasarán la prueba del fuego y serán aprobadas.

Pablo describe estas dos humanidades – estos dos tipos de hombres como el hombre natural y el hombre espiritual.

2 Corintios 2:11-16

Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

En el capítulo 3 verso 1 Pablo introduce otra condición que se manifiesta en la vida de los hombres y los llama “carnales”.

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

La escritura clasifica al ser humano en dos tipos de humanidad que se expresan en tres niveles de existencia – independientemente de su raza, estatus social, talentos o herencia natural. La descripción es tan precisa que todo ser humano puede saber con certeza a que orden pertenece.

Consideremos estos tres niveles de existencia:

1. El Hombre Natural

1 Corintios 2:14

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Romanos 8:9

Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

La actitud del hombre natural nos revela su verdadera condición:

1. No conoce a Dios – Gálatas 4:8
2. No es agradecido – Romanos 2:21
3. No tiene ningún deseo por Dios – Romanos 3:11
4. No ama a Dios – 1 Juan 4:10
5. No tiene fe en Dios – Juan 3:18
6. No tiene temor de Dios – Romanos 3:18
7. No adora a Dios – Romanos 1:21,25
8. Resiste la verdad – 2 Timoteo 3:8
9. No recibe las cosas del espíritu – 1 Corintios 2:14
10. Rechaza la verdad – 2 Tesalonicenses 2:12
11. Desobedece a la verdad del evangelio – 2 Tesalonicenses 1:8
12. Es enemigo de Dios – Romanos 5:10

Esta actitud determina la manera en cómo Dios se relaciona con el hombre natural:

1. Está lejos de Dios – Efesios 2:17
2. Es culpable delante de Dios – Romanos 3:19
3. Está condenado por Dios – Juan 3:18
4. Está bajo la ira de Dios – Juan 3:36
5. Está ajeno de la vida de Dios – Efesios 4:18
6. No tiene a Dios en esta vida – Efesios 2:12
7. Sufrirán pena de eterna perdición – 2 Tesalonicenses 1:9

El hombre natural no es hijo por cuanto no ha nacido de Dios, no tiene la vida de Dios – puede ser buena persona, respetable, buen carácter, estar envuelto en actividades religiosas pero carente de la vida de Dios. Su servicio no es agradable.

2. El Hombre Espiritual

1 Corintios 2:15

En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

Gálatas 6:1

Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

El hombre espiritual es todo lo opuesto al hombre natural. Este hombre ha nacido del Espíritu, ha visto y ha entrado al Reino.

1. El hombre espiritual tiene al Espíritu Santo habitando en él, llenándolo, guiándolo, empoderándolo.
2. A través del nuevo nacimiento la misma vida eterna de Dios le ha sido impartida y ahora Cristo es Su propia vida. Este hombre es participante de la naturaleza divina.
3. Este hombre manifiesta a Cristo en su vida carácter, conversación y conducta.
4. Este hombre ha recibido por la fe a Cristo como salvador, se ha rendido a Cristo como Señor, y se ha apropiado de Cristo como Su propia vida. Para el Cristo es todo.

3. El Hombre Carnal

1 Corintios 3:1-4

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?

A diferencia del natural este si es hijo por medio de la fe en Cristo, pero vive en dos esferas: la natural y la espiritual.

1. Este siendo heredero de todo no entra a sus posesiones y privilegios.
2. Constantemente entristece al Espíritu Santo
3. No tiene apetito por las cosas del Espíritu, (vianda).
4. No se ha rendido al gobierno de Cristo completamente, no tiene conciencia de la vida de Cristo en él y aunque siente la necesidad de Cristo y desea más de Él, no está satisfecho en El.
5. Cristo ocupa un lugar en su vida, pero no es supremo y preeminente.
6. Este hombre vive para Dios y para él.
7. Este hombre dice que Cristo es su salvador, pero quien está sentado en el trono de su vida es el viejo hombre.
8. En ocasiones Cristo domina sus afecciones, pensamientos y palabras y en otras el viejo hombre viciado con sus deseos carnales.
9. En ocasiones está vivo para Dios y en ocasiones está vivo para el pecado, y satanás.

Para resumirlo este hombre está en una condición miserable y su vida es una de constante derrota y desánimo. Su condición es resultado de la ignorancia de las cosas profundas de Dios y su indisposición de rendirse completamente a Cristo. Considera que Pablo tiene que tratar con estas tres condiciones de existencia en la iglesia en Corinto.

En Corinto el hombre natural (a través de las obras de la carne) estaba tomando dominio sobre el hombre espiritual. La palabra que se usa aquí para describir el hombre natural es Psuche que significa «alma».

En el original el texto lee: Pero el hombre que pertenece al alma no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

¿Quién es el representante de la humanidad que vive gobernada por el alma? Adán. Él fue hecho alma viviente.  ¿Quién es el representante de la humanidad que vive gobernada por el Espíritu? Cristo. Él fue hecho Espíritu vivificante. 

¿En quién está el hombre carnal? Un rato en Adán (sabiduría del mundo) y otro rato en Cristo (sabiduría de Dios).

La palabra que se usa para describir el hombre espiritual es la palabra Pneumatikos. Es el hombre del viento, del soplo.

Juan 3:8

El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

El hombre espiritual no es espiritual porque hace cosas sino porque Dios soplo en el su Espíritu. Su propia vida. Es el hombre de la nueva naturaleza. Es el hombre gobernado por la vida del Espíritu.

El proceso de transformación es para sacar todo lo carnal (Adámico) – para que Cristo sea formado en nosotros – nosotros transformados en Él – para el ser manifestado al mundo.

Por hoy, esto es suficiente. En el próximo artículo consideraremos como el Apóstol Pablo le enseñó a la iglesia en Corinto a identificar y a tratar con la sabiduría del mundo cuando se introduce en la iglesia.